sábado, 19 de septiembre de 2015

LO ÚLTIMO EN DETECCIÓN DE MENTIRAS PARA LA SEGURIDAD AEROPORTUARIA

Detectar mentiras es algo muy complejo ya que no existen indicios,  verbales o no verbales, totalmente confiables (Vrij, Granhag, & Mann, 2010). La mayoría de las investigaciones señalan que hay más éxito en la detección de mentiras cuando se analiza el contenido de lo dicho, esto es, cuando se tiene en cuenta el componente verbal, en lugar de las variables psicofisiológicas o el comportamiento no verbal. Pero a pesar de ello, arsenales de nuevos sistemas para tratar de filtrar a las personas con malas intenciones en los aeropuertos, sigue siendo objetivo primordial de los distintos gobiernos, máxime cuando la UE va a prohibir el uso de rayos X en las terminales de todos los aeropuertos. Veamos cuales son las últimas “tendencias” en este campo.

Los túneles de seguridad

La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) ha ideado un nuevo sistema a implantar en los aeropuertos, en un plazo de 5 o 7 años, para tratar de detectar a los viajeros con malas intenciones. Se trataría de distribuir a los pasajeros en tres grupos diferentes en base 3 niveles distintos de seguridad: usuarios habituales, riesgo normal y pasajeros de alto riesgo. Así, lo último en seguridad aeroportuaria consistiría en una serie de túneles de seguridad que los viajeros deberán atravesar. Estos túneles estarán equipados con rayos X, detectores de líquidos o metales y escáneres de iris. 


Los diferentes tipos de pasajes se distinguirán según colores de acuerdo con los tres niveles. De esta forma, las personas que viajen con regularidad y hayan dejado sus datos personales en un banco de antecedentes, serán reconocidas a partir de esa información, siendo  reconocidos como “pasajeros habituales” y pasando por el primer túnel (azul claro). Unas máquinas ubicadas en las paredes de dichos túneles escanearán a la persona y su equipaje en busca de objetos de metal y fluidos, mientras esta avanza por el mismo.


Los pasajeros calificados como “riesgo normal” pasarán por el segundo túnel (color morado). Además de ser escaneados ellos y su equipaje, como en el primer caso, se buscarán también restos de explosivos. Por último, el tercer túnel (color amarillo) irá destinado a viajeros de “alto riesgo”, por ejemplo, sospechosos y personas con antecedentes penales. En este caso el escaneo será más exhaustivo.

De esta forma se pretende que la privacidad de los pasajeros no se vea invadida. Aquellos que no oculten ninguna oscura intención sobre el propósito de su viaje atravesarán sin problemas el túnel de seguridad correspondiente.


El reconocimiento facial térmico

Como ya expuse en el apartado “termografía del rostro” de este mismo blog, la detección del engaño a través de la termografía del rostro se basa en el mismo principio que el polígrafo, es decir, en que  mentir produce signos fisiológicos de estrés.


Un estudio del año 2002, publicado en la revista Nature, mostraba que ante situaciones en las que un sujeto realiza un esfuerzo mental (enfrentarse a tareas difíciles, al ser evaluado, al mentir o engañar), se producen cambios térmicos faciales, principalmente alrededor de los ojos (Pavlidis, Eberhart y Levine, 2002). 

Con posterioridad, se han ido llevando a cabo múltiples investigaciones en esta área. Así las investigaciones lideradas por el Profesor Hassan Ugail, un matemático e informático de la Universidad de Aberystwyth, en Gales. Dicho profesor es un verdadero líder en el campo de la computación visual y ha contribuido en gran medida al desarrollo del campo mediante la entrega con éxito de múltiples proyectos de investigación e innovación de alto perfil, así como de publicaciones y conferencias internacionales. Dichas investigaciones han permitido desarrollar un sistema con el cual se podrían analizar los rostros de las personas para detectar mentiras, en un contexto de entrevista.


Una cámara de imagen térmica, captaría las variaciones de la temperatura facial, en respuesta a ciertas preguntas. Las zonas alrededor del ojo (zona periorbital) y las mejillas son muy sensibles al aumento de temperatura. Por otra parte, una cámara común seguiría los gestos faciales cuadro por cuadro y operaría de manera conjunta con las imágenes térmicas; estas imágenes serían analizadas mediante las Unidades de Acción Facial, empleando el FACS (sistema para categorizar expresiones faciales establecido por los psicólogos estadounidenses Paul Ekman y Walter V. Friesen). La información sería recopilada e introducida en un ordenador donde un algoritmo matemático, creado especialmente, evaluaría la sinceridad o no del entrevistado.

La iniciativa se puso en marcha para intentar desvelar si las personas que llegan a un  país están dando un relato verdadero de sí mismos. El sistema podría ser utilizado durante las entrevistas en la aduana y en el control de pasaportes y desvelar la veracidad o falsedad de los relatos mediante un reconocimiento facial térmico.


El sistema habría sido probado con una treintena de sujetos, con una tasa de éxito de dos de cada tres, lo que no parece que suponga muchas ventajas respecto a otros métodos ya existentes. Investigadores como Aldert Vrij, profesor de psicología social aplicada de la Universidad de Portsmouth (Reino Unido), mantienen que las imágenes térmicas por sí mismas no son útiles para detectar engaño. En un artículo, publicado en 2011 en la revista Law and Human Behavior (Ley y comportamiento humano), Vrij y sus colegas concluyeron que es poco probable que las imágenes térmicas sean efectivas en la mejora de la seguridad aeroportuaria. En su estudio, aplicado a 51 pasajeros en un aeropuerto internacional no revelado, encontraron que las imágenes térmicas "clasificará como mentirosos a pasajeros que no lo son, quienes estarían ansiosos por razones ajenas al engaño". Vrij mantiene que el supuesto de que los mentirosos son más nerviosos que los que dicen la verdad es incorrecto y que aunque una máquina pueda ser exacta en medir el nerviosismo, eso no significa que alguien mienta.

El rastreo del móvil

En Finlandia se ha puesto en marcha el sistema de Helsinki-Vantaa Airport, el cual permite rastrear el movimiento de los pasajeros a lo largo del aeropuerto, mediante el bluetooth. Este sistema se basa en el seguimiento de aquellos pasajeros que puedan parecer sospechosos a través de sus teléfonos móviles. Parece ser que por ahora este sistema solo se ofrece a los pasajeros para conocer el tiempo de espera estimado en las diferentes filas de la puerta de seguridad, de embarque o de facturación.




La tecnología de este sistema ha sido desarrollada por Amor Grupo. El sistema podría seguir a cualquier pasajero por toda la terminal y, al tiempo, se podría utilizar la información para crear perfiles de pasajeros que detallaran el comportamiento de dichos individuos.

Especialistas en comportamiento infiltrados entre los pasajeros

En Estados Unidos, lo que a simple vista pudiera parecer una simple conversación, sin interés especial alguno, podría resultar ser un interrogatorio encubierto en toda regla. Grupos de Oficiales de Detección de Comportamiento (BDOs) serían los encargados de entablar conversación con aquellos individuos sobre los que recae cierta desconfianza sobre el motivo de su viaje.


Dicho sistema habría sido respaldado por la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA). Según la TSA el objetivo principal de estos agentes sería el de estimular y detectar las reacciones involuntarias físicas y fisiológicas que la gente muestra cuando tiene miedo de ser descubierta.  Parece ser que el sistema ya estaría implantado en  161 aeropuertos de Estados Unidos. La  misión de estos funcionarios consistiría en descubrir intenciones ocultas entablando conversación con los sospechosos pero basándose en su propio instinto a la vista de esas reacciones físicas y fisiológicas involuntarias.

Perros rastreadores clonados

En el 2005, el profesor Lee Byeong-chun logró una nueva raza de perros superrastreadores que fueron empleados en al aeropuerto de Incheon, en Corea del Sur. Parece ser que el siguiente clon de Lee será un perro de alto rendimiento dotado de una mayor capacidad para detectar la presencia de enfermedades en los seres humanos.




TRABAJOS CITADOS:

- Lee, B. C., Kim, M. K., Jang, G., Oh, H. J., Yuda, F., Kim, H. J. & Hwang, W. S. (2005). Dogs cloned from adult somatic cells. Nature, 436(7051), 641-641.

- Pavlidis, I., Eberhardt, N. L., & Levine, J. A. (2002). Human behaviour: Seeing through the face of deception. Nature, 415(6867), 35-35.


- Vrij, A., Granhag, A. & Mann, S. (2010). Good Liars. The Journal of Psychiatry & Law, No. 38, 77-98.

-Warmelink, L., Vrij, A., Mann, S., Leal, S., Forrester, D., & Fisher, RP (2011). La termografía como una herramienta de detección de mentiras en los aeropuertos. Ley y el comportamiento humano, 35 (1), 40-48.

jueves, 17 de septiembre de 2015

EL BOLÍGRAFO ELECTRÓNICO QUE DETECTA MENTIRAS

Investigadores israelíes diseñaron en el 2010 un nuevo sistema de Evaluación Caligráfica Computorizada (COMPET), capaz de analizar si alguien está declarando la verdad. Según una investigación realizada por la Facultad de Asuntos Sociales y Salud de la universidad de Haifa, cuando una persona miente su caligrafía experimenta un cambio significativo, imperceptible para el ojo el humano pero fácilmente analizable por un ordenador.



*Imagen obtenida del artículo de Luria, G., & Rosenblum, S. (2010).

El consistió en analizar los textos de 34 individuos a los que se les pidió describir dos hechos relacionados con su vida: uno completamente verdadero y el otro inventado.  Los voluntarios que participaron en la investigación realizaron sendas redacciones con un bolígrafo electrónico, sobre una hoja de papel colocada encima de una tabla también electrónica. Los datos recogidos por ambos instrumentos fueron analizados por un programa de ordenador que medía variables como la presión ejercida sobre la hoja, el ritmo y velocidad de la escritura,  el número de veces que el bolígrafo perdía contacto con la hoja, el tamaño de la letra y el grosor del trazado.

Se encontraron diferencias en la presión media, medidas espaciales (longitud media de la carrera y la media de altura de elevación), pero no se encontraron diferencias en las medidas temporales y en el número de velocidades máximas.

Según los investigadores Gil Luria y Sara Rosenblum (2010)  la presión que ejerce una persona al escribir sobre una hoja cuando está mintiendo, sería considerablemente mayor que cuando dice la verdad y lo mismo ocurriría con los intervalos en la escritura del texto. También afirman que el tamaño de la letra y el grosor del trazado serían más grandes cuando la persona miente.

El estudio se basa en la carga cognitiva que se produce durante el engaño. Los enfoques cognitivos que explican la detección de mentiras asumen que codificar un mensaje engañoso requiere un esfuerzo cognitivo mayor que decir la verdad, debido a las demandas de capacidad de procesamiento más altas (Miller y Stiff, 1993; Sporer y Schwandt, 2006; Sporer y Zander, 2001; Vrij, 2008; Zuckerman et al., 1981), particularmente cuando la mentira implica un informe acerca de un evento complejo (Sporer y Zander, 2.001). Los modelos teóricos que se concentran en los aspectos cognitivos de engaño justifican una complejidad cognitiva superior que participan en la mentira a través de una variedad de conceptos, como superior "carga cognitiva” (Vrij, 2008), mayor necesidad de uso de la memoria de trabajo (Baddeley, 2000) , y de la memoria autobiográfica (Brewer, 1996).

Al igual que en la comunicación verbal, la comunicación de mentiras por escrito también requeriría un mayor esfuerzo cognitivo y se basaría menos en el procesamiento automático.

Los investigadores del estudio sostienen que al mentir las actividades que son generalmente automáticas, pasan un proceso de mayor control por el cerebro y de ahí que la actividad se altere, ya que cuando se comunica un mensaje falso la escritura requiere unos recursos cognitivos mucho mayores (sobrecarga cognitiva), de forma que una acción automática como es escribir se vería perturbada.

TRABAJOS CITADOS

-          Baddeley, A. D. (2000). The episodic buffer: A new component of working memory? Trends in Cognitive Sciences, 4, 417–423.

-          Brewer, W. F. (1996). What is recollective memory?. In D. C. Rubin (Ed.), Remembering our past: Studies in autbiographical memory (pp. 19–66). New York: Cambridge University Press.

-          Luria, G., & Rosenblum, S. (2010). Comparing the handwriting behaviours of true and false writing with computerized handwriting measures. Applied Cognitive Psychology, 24(8), 1115-1128.
Disponible en:

-          Miller, G., & Stiff, J. (1993). Deceptive communication. Newbury Park, CA: Sage Publications, Inc.

-          Sporer, S. L., & Schwandt, B. (2006). Paraverbal indicators of deception: A metaanalytic synthesis. Applied Cognitive Psychology, 20, 421–446.

-          Sporer, SL, y Zander, J. (2001). Nonverbal cues to detection: Do motivation and preparation make a difference? Paper presented in the 11th European Conference on Psychology and Law, Lisbon, Portugal.

-          Vrij, A. (2008). Detecting lies and deceit: Pitfalls and opportunities (2nd ed.) Chichester: JohnWiley and Sons.

-          Zuckerman, M., Koestner, R., & Driver, R. (1981). Beliefs about cues associated with deception. Journal of Nonverbal Behavior, 6, 105–114.